Mi novela Sibila ha aparecido en Colombia bajo el sello de Hillman (Libros & Libros). Como en su momento Las Cajas de China y Berenice la sirena, he podido comprobar la eficacia con que la casa editorial promueve y distribuye las obras en el ambiente escolar.
Esta novela es para mí la preferida de las que he escrito, porque no es una novela propiamente sino un ensayo personal de comprender la estructura del tiempo.
Se estructura con base en los 20 + 1 naipes del Tarot y la mayoría de los capítulos son narrados en primera persona por los personajes principales: John Wise, el genetista escéptico, Sibila Orsini, la joven arqueóloga romana, Hermann Seller, el filósofo, Selena Carlton, su joven alumna, Cinna Orsini, el arqueólogo diletante apasionado de la antigüedad etrusca y de la Eneida de Virgilio.
En el capítulo VIII, que corresponde al naipe de la justicia, el fluir temporal se rasga y aparece el pasado. La narración en primera persona se suspende, ahora es el tiempo el que narra la historia de la antigua Sibila, la bella joven consagrada a Apolo que tiene la misión de custodiar los libros sagrados.
El pasado etrusco -cultura refinada, poderío naval, orgullosos príncipes- se dibuja como el mundo que recibe a Sibila, raptada de su templo griego de Cumas, torturada por el fiero Mastarna y defendida por Tarquino Prisco, quien se ha enamorado de ella.
En la edición colombiana de esta novela que publiqué en 2006 en edición de autor, se ha introducido una astucia literaria basada en el propio mito de la Sibila: esa anciana que ofrece al rey de Roma, Tarquino Prisco en una versión del mito, Tarquino el Soberbio en otra, nueve libros por un precio misterioso. Este se niega a pagarlo y la Sibila se marcha para regresar tiempo después con seis libros y el mismo precio, anunciando que ha quemado tres.
Vuelve a negarse el rey y la Sibila repite su procedimiento, regresando solamente con tres.
El rey adquiere el tesoro, que constituirá el corpus de los Libros Sibilinos, la institución oracular de la antigua Roma, custodiados en el Templo de Júpiter. Un fuego los destruyó y su texto fue reconstruido en el primer siglo a. C.
El lector a descubrir la astucia, a seguir y construir el hilo de una historia que transcurre por los meandros de la memoria, recordando que más que una novela, Sibila es un instrumento para atisbar la insondable estructura del tiempo.
María García Esperón